martes, abril 17, 2018

Cine, historia y humor negro


Hace varias semanas, tal vez mes y pico ya, estuvimos viendo la película La muerte de Stalin, una película cargada de humor negro sobre las luchas por el poder en los momentos inmediatamente posteriores a la muerte de Stalin. La peli se basa en una novela gráfica y supongo que será precisamente por eso por lo que se mantiene un tono desmitificador e hilarante.
Dirigida por Armando Ianucci y protagonizada por un espectacular Steve Buscemi en el papel de Krushev, a lo largo de su metraje vemos que van pasando por ella todos los grandes nombres de la Historia soviética de los años cincuenta. Pero eso sí, todos ellos caricaturizados.
Estamos de acuerdo en que la sátira es una herramienta muy útil en la Historia y en la política, y por eso este tipo de películas son necesarias. Sin embargo, el hecho de que la película no sea rusa le resta algo de “verdad” a la película. No porque los actores lo hagan mal (repito, Buscemi lo borda, pero hay otros que lo hacen estupendamente también), sino porque parece que volvemos a películas en las que los malos son “los de siempre”, los rusos.
Por eso, con la intención de mostrar la corrupción del régimen stalinista, se caricaturiza hasta el extremo a sus posibles sucesores, mostrándolos crueles, depravados e incompetentes.
En definitiva, es una película que está bien para pasar un rato divertido, pero que podía haber dado mucho más de sí.
Tal vez, en manos de un director ruso se podría hacer una sátira mucho más acertada de la etapa. Si en Alemania se pudo escribir una novela como Ha vuelto, ¿Por qué no se podría hacer algo así en Rusia?