lunes, febrero 27, 2017

La lucha continúa



Desde hace ya algunos años, vemos cómo en determinados medios de comunicación se habla de que determinados colectivos de trabajadores son unos “privilegiados”. Por sus sueldos, sus vacaciones o sus condiciones laborales, tanto da. Pero son unos privilegiados. Sin embargo, una reflexión no excesivamente profunda ya debería hacernos dudar de los supuestos privilegios de esos trabajadores.
En primer lugar, porque, en un sistema capitalista como el nuestro, ningún trabajador va a ganar más de lo que produce. Incluso si, como creo, el concepto de plusvalía sigue siendo válido, podemos decir que gana muy por debajo de la riqueza que produce. Luego, la formación del trabajador, sus niveles de responsabilidad o los riesgos que debe asumir pueden hacer que el sueldo suba, pero, con todo, siempre estaría por debajo de lo que ese trabajador produce.
En segundo lugar, porque los supuestos “privilegios” no son tales. Son derechos ganados tras años de reivindicación de unas condiciones laborales dignas que permitan al trabajador ganar lo suficiente para vivir y, de paso, para poder ahorrar y tener tiempo libre para gastar esos ahorros. Y ese gasto es el que permite que la economía continúe funcionando.
Desde mi punto de vista, cuando se habla de privilegios se hace con la intención de dividir a los trabajadores, atomizando su lucha y sus reivindicaciones. Si se dice que hay un colectivo de privilegiados, se hace que otros trabajadores explotados los miren mal, olvidando que la lucha de unos trabajadores es la lucha de todos, que las reformas laborales afectan a todos los colectivos, y que las concesiones hechas por un colectivo serán, finalmente, las que darán medida de las que tendrán que hacer otros colectivos después.  
Sigue existiendo una clase trabajadora, y la lucha de un colectivo es la de todos los que formamos parte de esa clase, porque todos somos trabajadores y todos tenemos derechos a los que no debemos renunciar y por los que debemos luchar.
¿Puede haber frase más condescendiente e insultante para un trabajador que “al menos tienes trabajo”? ¿Acaso nos atreveríamos a decirle a una mujer maltratada “al menos tienes pareja”? Pues de la misma manera que tener pareja no es motivo para soportar el maltrato, el tener trabajo no nos obliga a aceptar malos sueldos, horarios excesivos ni malas condiciones laborales.
Nunca lo olvidemos. 

Medalla concedida por una empresa de hidrocarburos a un trabajador tras veinticinco años trabajando con ellos.

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