miércoles, noviembre 09, 2016

Trump presidente



Pues sí, colegas. Resulta que Donald Trump es el Presidente electo de los Estados Unidos (sí, ya sé que eso ya lo habían vaticinado Los Simpsons hace ya varios años). Y este hecho, la verdad, me asusta mucho.
Sin embargo, la cosa no es tan extraña como podría parecer. Hace poco ya vimos resultados igual de sorprendentes, como la victoria del Brexit en el Reino Unido o la del “no” en las negociaciones de paz con la guerrilla colombiana. Y esos resultados no se deben a que la gente sea idiota, ni necesariamente manipulable (al menos, no toda la gente).
Como dijo hace algunos meses Michael Moore, puede deberse a que algunas personas confíen en él por algún motivo, como el hecho de que sea blanco, o por desconfianza hacia Clinton, o por mandar un mensaje. Pero también puede ser, como se decía en un artículo que me pasaron esta mañana, porque haya personas desencantadas con la política que le ven como alguien que puede cambiar las formas de hacer política.
Sea como sea, este multimillonario, a pesar de todas las perlas que ha ido soltando, y a pesar de su racismo y su misoginia, ha ganado, y además con un enorme apoyo de la clase trabajadora.
No obstante, no es algo nuevo. Ya lo vimos anteriormente. En momentos de crisis aparecen líderes carismáticos que dicen lo que muchos no se atreven y hacen lo que a muchos les gustaría, y así la Historia nos deja ejemplos como el de Thatcher u otros más graves, como el de la Alemania nazi. Y es que el fanatismo ya sabemos que surge en momentos como este, y hay determinadas personas que son más permeables a él.
No sé, ahora mismo se abre una etapa de incertidumbre y yo no sé lo que puede pasar.
Pero tengo miedo…

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