sábado, enero 09, 2016

Que la Fuerza nos acompañe



Hola a todo el mundo:
Hace ya algunas semanas pude ver El despertar de la fuerza, la séptima entrega de la saga de La Guerra de las Galaxias. Y puedo decir que me gustó mucho, pero, eso sí, con matices.
Soy un seguidor de la saga desde que era muy pequeño, pero no soy un fan acrítico. He visto todas las películas varias veces, sí, pero también he leído lo suficiente como para ser capaz de darme cuenta de la enorme cantidad de referencias que hay en ellas a la religión y la mitología, de forma que La Guerra de las Galaxias es nada más (y nada menos) que la actualización de unos mitos conocidos desde hace muchos siglos en clave fantástica y de ciencia ficción, quizá banalizados, pero presentes en la trama.
Pero, desde mi punto de vista, hay que hacer una distinción entre la trilogía original y todo lo que vino después. La trilogía original (los episodios IV, V y VI) fue el origen de toda la mitología de la saga, creando unos personajes intemporales y redefiniendo el concepto de la ciencia-ficción en el cine, además de ser unas películas muy entretenidas. Sin embargo, la segunda trilogía (las precuelas, los episodios I, II y III), jugando a encajar las piezas y rellenar los huecos que habían quedado en la trama, no hizo más que ahondar en esa mitología, sin aportar nada nuevo aparte de algunos personajes cuyas figuras poder vender a los niños (y no tan niños). Pero eso sí, eran unas películas muy divertidas y muy entretenidas.
Y, desde mi punto de vista, es así como hay que ver esta nueva peli: como un mero entretenimiento. No podemos ir a verla esperando una obra maestra, porque todos sabemos que en todas las artes (y el cine es un arte) hay obras maestras y obras a secas, igual que sabemos que incluso los genios tienen obras menores.
Entonces, si solo vamos a verla como un entretenimiento, ¿podemos considerar que cumple su labor? Pues, desde mi punto de vista, sí. Es una película trepidante, que no nos da un momento de respiro, que nos presenta a nuevos personajes cuyos muñecos se venderían muy bien en Navidad (la idea de estrenarla justo antes de las fiestas fue una jugada de marketing muy lógica), y que nos permite reencontrarnos con algunos viejos conocidos. Falta, sin embargo, la presencia de un malo tan chulo como era Darth Vader en la trilogía original.
Quizá juega un poco con la nostalgia, al volver a traernos a la historia a Leia, Han Solo, Chewie o Luke Skywalker, pero eso no quita que sea una película muy divertida. Y, además, han sabido muy bien como dejar la historia abierta para la próxima película que, espero, no debería tardar demasiado.
Echadle un vistazo, hacedme caso.
Ah, y que la Fuerza os acompañe. 

Por cierto, aquí os dejo una crítica un poco menos... políticamente correcta que la mía, para que tengáis otra visión.

viernes, enero 08, 2016

El no-vestido



Hola a todo el mundo, y feliz año:
Entre que me fui unos días y que mi ordenador portátil me dio un disgusto, no pude actualizar todo lo que me hubiera gustado, así que este tema sobre el que voy a escribir ahora ya ha perdido su vigencia, pero me sigue pareciendo interesante reflexionar sobre él. Porque voy a hablar del vestido (o, mejor dicho, del no-vestido) que llevó la presentadora Cristina Pedroche para dar las Campanadas en Nochevieja.
¿Y qué puedo decir que no se haya dicho ya? Pues muy poco, la verdad, porque creo que estamos hablando de uno de los vestidos más vulgares que se podrían haber elegido para el evento. Pero lo que me parece más grave es el hecho de que ella defienda la elección de ese no-vestido como un acto de libre elección para nada machista. Porque, como bien hace notar una bloguera en ElDiario.es, la elección no es realmente libre y es muy machista.
Porque en ningún momento se habla de si ella lo hizo bien o mal, de si es buena o mala presentadora, si es o no es simpática… Todo el interés por el programa se centró en si iba a enseñar más o menos carne. Lo que ella hiciera daba igual, lo importante era que enseñara su cuerpo.
Entonces, si lo importante era el cuerpo, está claro que su labor como presentadora no tenía relevancia, se la ponía ahí por enseñar carne, solo se la valoraba por eso. Y eso significa que la había reducido a un objeto, a una cosa (su cuerpo), se la había cosificado.
¿Y por qué? Pues porque en la cadena de televisión en la que estaba sabían de sobra que mucha gente iba a ver las campanadas en su canal solo por verla a ella (o ver su cuerpo), lo que les daría más audiencia. Entonces se la había reducido simplemente a algo que era usado, se la usaba a ella y a su cuerpo para conseguir más audiencia. Lo que es, claramente, un uso sexista del cuerpo femenino.
Pero ahora toca hablar de la libre elección. Ella dice que es libre de decidir si quiere vestir así o no, pero en otras circunstancias. Que pueda escoger libremente en el programa de televisión, cuando sabemos que el que enseñe más carne va a ser determinante en los resultados de audiencia, es realmente difícil de creer.
¿No os parece?

viernes, enero 01, 2016

Con B de Bárcenas



Hola a todo el mundo:
El otro día pasé un rato viendo la polémica película B (de Bárcenas), que dramatiza la declaración de José Luis Bárcenas, el que fuera tesorero del Partido Popular ante el juez Pablo Ruz. Aunque, más que dramatizar, creo que sería más correcto decir que nos presenta esa declaración sin más, porque desde el principio se nos dice que el guión no es más que la transcripción de dicha declaración.
Como película es muy corta, de solo hora y cuarto, pero a pesar de eso, es muy lenta y un tanto aburrida. Pero es lógico, porque no es más que la declaración del imputado ante el juez. Sin embargo, a pesar de esa lentitud de la “trama”, la peli es interesante como documento, como testimonio de una manera de hacer política en nuestro país.
Da igual que lo que Bárcenas dijo ante el juez fuera verdad o mentira y, por tanto, da igual si la película es fiel a lo que pasó en la realidad o no. Lo que importa es que la corrupción política existe, ha existido y parece que hay mucha gente interesada en que siga existiendo, y por eso es interesante que películas como esta nos ayuden a recordarlo.
Aunque al verla nos cabreemos como me cabreé yo mismo.