miércoles, febrero 25, 2015

El debate

Hoy, mientras entrenaba, estaba escuchando el Debate sobre el Estado de la Nación en la radio. Y no veáis lo bien que se levantan pesas cuando uno está cabreado. Y es que no pude evitar enfadarme mientras escuchaba a Mariano Rajoy hablar, porque Rajoy basó su discurso en hacer lo que mejor sabe hacer: mentir y amenazar.
Habló de la herencia recibida. Que no digo yo que la situación no fuera mala al final del Gobierno de Zapatero, pero ya ha pasado tiempo suficiente como para que Rajoy cambie de argumentos. Y después se dedicó a lanzar un discurso triunfalista trufado de buenos datos macroeconómicos que son reales, sí, pero que no son los únicos que se deben tener en cuenta.
Por ejemplo, deberíamos tener en cuenta que durante el Gobierno de Rajoy se recortó en Sanidad, en Educación o en Dependencia. Que se nos ha recortado en derechos sociales y laborales. Que la precariedad laboral es la norma, y que la desigualdad ha crecido. Todo eso hay que tenerlo en cuenta.
Después, empezó a hacer promesas, y, por ejemplo, nos dijo que se podían crear tres millones de empleos. Claro, que, si recordáis, es más o menos lo mismo que decía hace cuatro años.
Luego, casi al final, empezó a amenazar, diciendo que es él o el caos. Que con otros se iría al traste el crecimiento, decía.
Y por último, Pedro Sánchez le hizo perder los estribos y se mostó como es: un maleducado que está asustado por la realidad.
Lo que yo me pregunto es si él será consciente de que quien está hundido ya no puede creer sus palabras.
Y también me pregunto qué hay que tomar para ver el mundo tan bonito como lo ve Rajoy.

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