Hola a todo el
mundo:
¿Sabéis? Hay días
en que parece que no tienen horas suficientes para todo lo que me
gustaría hacer. Ya lo sabéis, soy muy activo, y eso lo podéis ver
si me seguís en las redes sociales, porque además de este blog
escribo otro, colaboro habitualmente con una web y esporádicamente
con otra, y además con una revista digital. Aparte, claro, de los
textos “serios” que escribo de cuando en cuando para que se publiquen en otras revistas diferentes.
Normalmente, el
hecho de que en todos esos medios hable de cosas tan dispares como la
Historia o el Heavy Metal no suele tener consecuencias. Como mucho,
me encuentro con que alguien que me conoce como autor de este blog de
pronto se aficiona al Metal por lo que escribo en MetalCry. O al
revés, que un músico que empezó a leerme en esa web para ver que
decía de su grupo, un día empieza a leer este blog o un artículo
que escribí en Tiempo y Sociedad. Pero lo más habitual es que cada
persona solo lea lo que más le interesa.
Sin embargo, también
soy consciente de que hay mucha gente a la que le resultará rara
esta coexistencia de intereses, y precisamente por eso mismo, sé que
tarde o temprano (espero que muy tarde) alguien me criticará como
historiador por el hecho de que también escribo sobre Rock y Metal.
Por cierto, ¿sabéis quién fue Eric Hobsbawm? Pues ese señor fue, sin duda, uno de los
historiadores más importantes del siglo XX (y primeros años del
XXI, que falleció en 2012). Escribió tres libros (recientemente
reeditados en una edición en un único y mastodóntico tomo) que son
básicos para entender la Historia del siglo XIX, y que se titulaban,
respectivamente, La Era de la Revolución, La Era del Capital y La
Era del Imperio. Además, también escribió una Historia del siglo
XX imprescindible y muchos otros libros interesantísimos y muy
recomendables, no solo para cualquier historiador que se precie de
serlo, sino también para cualquier persona interesada en la
Historia.
Pero además, este
buen hombre, uno de los máximos exponente de la escuela
historiográfica marxista en Gran Bretaña, era crítico musical,
concretamente de Jazz. Y, seguramente, cuando él empezó a
interesarse por esa música, no era el sonido sofisticado y propio de
gente cosmopolita que es ahora, sino una música mucho menos aceptada
socialmente y totalmente underground. Pero pese a todo, él escribió
sobre ella.
Evidentemente, no me
comparo con el maestro Hobsbawm, porque, de momento, todavía me
falta mucho para poder siquiera acercarme. Lo que digo es que esa
afición al Jazz no hizo de él peor historiador ni, lo que es más
importante, peor persona.
Soy historiador. He
sido arqueólogo y he investigado. He publicado artículos en
revistas académicas de varias Universidades, y también un par de
libros. He dado conferencias en congresos internacionales, jornadas
de Historia local e incluso una vez en una casa okupa. Leo todo cuanto cae en mis manos, no solo de Historia, sino también de Arte, Geografía, Economía, Antropología, Sociología o Ciencia Política.Pero también
me gusta el Heavy Metal y escribo sobre él.
Es parte de mí y
nunca va a dejar de serlo.
Soy historiador y escribo sobre Heavy. ¿Y qué?
No hay comentarios:
Publicar un comentario