miércoles, enero 21, 2015

Demasiado rápido

Hola a todo el mundo:
El otro día, en clase de inglés me pasó algo que me dejó perplejo. En un ejercicio con el que se buscaba que aprendiéramos expresiones útiles se nos preguntaba por la región que el pasado año había sido objeto de disputa entre Rusia y Ucrania. Crimea, claro. Y me di cuenta de que, en ese momento, no recordaba el nombre de esa región. Y eso, a pesar de que en su momento leí muchísimas noticias y artículos sobre ella, y a que incluso en este blog se colgó un texto sobre esas cuestiones, obra de un amigo mío. Pero nada, por más que pensaba, era incapaz de recordarlo.
Entonces me puse a reflexionar sobre esa situación. ¿Cómo era posible que alguien que lee las noticias a diario, que las escucha en la radio mientras desayuna, y que come y cena con el informativo de fondo, no recordara el nombre de un enclave que había sido el tema más importante de la política internacional del primer tercio de 2014? Y no se me ocurrió una respuesta que me dejara conforme.
Sin dejar de lado que este hecho también podría deberse a que yo no hubiese escuchado las noticias con la suficiente atención como hubiera sido deseable, se me ocurrió una explicación que, pese a ser parcial, sí podría explicar esta situación hasta cierto punto. Tal vez la respuesta podría ser que el volumen de noticias que escuchamos cada día es tan elevado, y la velocidad con la que unas sustituyen a otras anteriores tan rápida, que puede que seamos incapaces de asimilarlas como deberíamos.
Mientras escribo este texto, tengo mi perfil de Twitter abierto en otra pestaña, y los tuits se van sucediendo a tanta velocidad que muchas veces ni siquiera soy consciente de lo que dicen. Y puede que eso se relacione con lo que estamos diciendo. Tal vez las noticias se suceden a un ritmo demasiado rápido como para poder interiorizar lo que dicen.
Incluso nos podemos poner un poco "conspiranoicos" y pensar que el motivo de que los titulares se sucedan tan rápido es ni más ni menos que para conseguir que olvidemos rápido las importantes gracias a que las menos importantes nos distraen.
Pero eso no sería posible, ¿verdad?

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