sábado, diciembre 27, 2014

El fin del camino

Hola a todo el mundo. Y felices fiestas.
Como mucha gente de mi entorno más directo, y como much@s de vosotr@s, en mi adolescencia me leí El hobbit y El señor de los anillos, de Tolkien, y muy pronto se convirtieron, sobre todo El señor de los anillos, en dos de mis libros favoritos. De hecho, de la lectura de esas obras me vinieron las ideas para escribir, con más ganas que talento, dos relatos que juntos suman algo más de cien páginas, y que, pese a no haberlos impreso nunca, a lo largo de los años han sobrevivido en mis sucesivos ordenadores, hasta estar abiertos en este mientras escribo. 

Pero voy a dejarme de tonterías y a ceñirme a contaros que anoche, por fin, pude ver la última película de la saga de El hobbit, que a su vez es la “precuela” de la saga de El señor de los anillos. Y debo decir que me encantó. Seguramente, Peter Jackson se ciñó mucho menos al relato original que en el caso de El señor de los anillos, pero da igual. En las seis películas que ha rodado ha sabido recrear el universo de Tolkien hasta el punto de dar forma a lo que, hasta entonces, solo había existido en la imaginación de los lectores de esas obras. Y estoy seguro de que Jackson fue uno de esos lectores.
Puede que los efectos especiales a veces tengan más peso que la propia historia, pero eso no resta calidad a las películas, porque con ellas se hace justicia a la obra escrita. La labor de convertir esas novelas en películas tuvo que ser titánica, y por ello Peter Jackson merece el reconocimiento no solo de aquellos a los que nos gusta el cine de fantasía, sino de todos los amantes del cine.
Y ahora voy a decir algo que no es más que una mera opinión personal, pero de lo que estoy seguro: las dos trilogías que Peter Jackson ha realizado a partir de la obra de Tolkien son, sin duda, la obra cinematográfica más completa e influyente de las últimas dos o tres décadas, al nivel de lo que, a finales de los setenta y principios de los ochenta supuso la primera trilogía de La guerra de las Galaxias.
No puedo sino agradecerle a Peter Jackson que supiera convertir en imágenes las novelas de Tolkien, permitiéndonos volver a disfrutar, durante estos trece años, de lo que ya habíamos disfrutado al leerlas.

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