miércoles, octubre 01, 2014

Estamos todos locos

Hola a todo el mundo:
Hace ya algún tiempo, probablemente casi un año, alguien me recomendó un libro, Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena. Quien me lo recomendó fue alguien a quien conocemos como Dany Jack, cantante del grupo Black Devil, y fue a la vuelta de un festival en el que había tocado su grupo. Volvíamos juntos en el autobús hacia Gijón y él me habló de que las canciones que habían tocado esa noche que no estaban en su primer disco iban a salir en el siguiente, y que la lectura de ese libro le había influido para escribir las letras de algunas de ellas.
La recomendación quedó ahí, como tantas que nos hacen cada día, uno más de esos libros que queremos leer, pero que siempre dejamos para mejor ocasión, unas veces por falta de tiempo y otras veces (la mayoría, en mi caso), porque son otros libros los que caen en nuestras manos antes. Sin embargo, desde el momento en que el disco de Black Devil cayó en mis manos y empecé a bucear en sus canciones, decidí que iba a leerlo en cuanto tuviera la más mínima oportunidad, y más después de que, cada vez que hablaba con Dany, él se ofreciera a dejármelo.
Finalmente, la semana pasada, aprovechando que tuve que bajar al centro, me dirigí a la Biblioteca Jovellanos y lo saqué. Esa misma noche, empecé a adentrarme en la historia de Alice Gould de Almenara y su misteriosa investigación en el manicomio. Poco a poco, me fui haciendo cada vez más preguntas, las mismas que subyacían en las canciones de Black Devil, según ellos mismos me dijeron cuando los entrevisté hace algunos meses: ¿Quién está más loco? ¿Nosotros o los que están encerrados en el manicomio?
Ojo, no es la primera vez que este libro sobre la locura (y la cordura) influye a un grupo de Metal. Hace ya algún tiempo, se incluyó una canción con este mismo título y temática en el disco Finisterra de Mägo de Oz. Pero creo que, en el caso de Mägo de Oz, la influencia era mucho más superficial que en el caso de Black Devil.
El libro en sí, nos cuenta, como os acabo de decir, la historia de la detective Alice Gould, que se interna “voluntariamente” en un manicomio para investigar un asesinato. A través de sus ojos, vemos la realidad de quienes viven en él, y también la realidad de quienes trabajan en el centro. Vemos como va conociendo a todas esas personas y como establece relaciones con ellas, a la vez que nos adentramos también en los entresijos de la mente de la propia Alice, mucho más misteriosa de lo que podemos pensar en un principio.
Es un libro adictivo, casi hipnótico a veces, como me comentaron (me comentasteis) algunas personas a raíz de un comentario que hice en Facebook. Una novela que rápidamente se queda entre las que más recordamos.
Sin embargo, su estilo, aunque es muy fluido, también es un estilo que delata claramente la época en la que fue escrito, lo que hace que, en ocasiones, su lenguaje resulte un poco arcaico. Además, la ideología del autor también queda muy clara por la manera en la que se refiere a algunos internos.
Al margen de eso, es una obra muy recomendable, que nos hace reflexionar y preguntarnos quién es el verdadero loco.

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