Hola a todo el
mundo:
Hace ya algún
tiempo, probablemente casi un año, alguien me recomendó un libro,
Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena. Quien me lo
recomendó fue alguien a quien conocemos como Dany Jack, cantante del
grupo Black Devil, y fue a la vuelta de un festival en el que había
tocado su grupo. Volvíamos juntos en el autobús hacia Gijón y él
me habló de que las canciones que habían tocado esa noche que no
estaban en su primer disco iban a salir en el siguiente, y que la
lectura de ese libro le había influido para escribir las letras de
algunas de ellas.
La recomendación
quedó ahí, como tantas que nos hacen cada día, uno más de esos
libros que queremos leer, pero que siempre dejamos para mejor
ocasión, unas veces por falta de tiempo y otras veces (la mayoría,
en mi caso), porque son otros libros los que caen en nuestras manos
antes. Sin embargo, desde el momento en que el disco de Black Devil
cayó en mis manos y empecé a bucear en sus canciones, decidí que
iba a leerlo en cuanto tuviera la más mínima oportunidad, y
más después de que, cada vez que hablaba con Dany, él se ofreciera
a dejármelo.
Finalmente, la
semana pasada, aprovechando que tuve que bajar al centro, me dirigí
a la Biblioteca Jovellanos y lo saqué. Esa misma noche, empecé a
adentrarme en la historia de Alice Gould de Almenara y su misteriosa
investigación en el manicomio. Poco a poco, me fui haciendo cada vez
más preguntas, las mismas que subyacían en las canciones de Black
Devil, según ellos mismos me dijeron cuando los entrevisté hace
algunos meses: ¿Quién está más loco? ¿Nosotros o los que están
encerrados en el manicomio?
Ojo, no es la
primera vez que este libro sobre la locura (y la cordura) influye a
un grupo de Metal. Hace ya algún tiempo, se incluyó una canción
con este mismo título y temática en el disco Finisterra de Mägo de
Oz. Pero creo que, en el caso de Mägo de Oz, la influencia era mucho más
superficial que en el caso de Black Devil.
El libro en sí, nos
cuenta, como os acabo de decir, la historia de la detective Alice
Gould, que se interna “voluntariamente” en un manicomio para
investigar un asesinato. A través de sus ojos, vemos la realidad de
quienes viven en él, y también la realidad de quienes trabajan en
el centro. Vemos como va conociendo a todas esas personas y como
establece relaciones con ellas, a la vez que nos adentramos también
en los entresijos de la mente de la propia Alice, mucho más
misteriosa de lo que podemos pensar en un principio.
Es un libro
adictivo, casi hipnótico a veces, como me comentaron (me
comentasteis) algunas personas a raíz de un comentario que hice en
Facebook. Una novela que rápidamente se queda entre las que más
recordamos.
Sin embargo, su
estilo, aunque es muy fluido, también es un estilo que delata
claramente la época en la que fue escrito, lo que hace que, en
ocasiones, su lenguaje resulte un poco arcaico. Además, la ideología
del autor también queda muy clara por la manera en la que se refiere
a algunos internos.
Al margen de eso, es
una obra muy recomendable, que nos hace reflexionar y preguntarnos
quién es el verdadero loco.
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