jueves, septiembre 11, 2014

El Estado terrorista

Desde hace algunas semanas, en los medios de comunicación escuchamos hablar de ISIS, el llamado Estado Islámico de Irak y Siria, que, en realidad, es un grupo terrorista yihadista, escindido de una al-Qaeda que lo considera demasiado radical (¡!), que en estos tiempos está siendo conocido por sus ejecuciones de periodistas occidentales, pero también por sus ataques a otros musulmanes, y que, por supuesto, no es, ni mucho menos, representativo de lo que es el Islam o de la forma de pensar de las personas de religión musulmana. Sin ir más lejos, ayer mismo escuchamos que en nuestro país se ha subido el nivel de alerta antiterrorista y que Obama quiere dirigir una coalición internacional para enfrentarse a esos terroristas.
Y cada vez hay más noticias sobre ese grupo terrorista, por sus intereses por extenderse no solo por Oriente Próximo, sino, con el tiempo, por el norte de África e incluso por la Península Ibérica.
Pero creo que lo verdaderamente peligroso de este grupo terrorista no es eso, sino el hecho de que nos demuestra que, usando de forma muy inteligente los nuevos medios de comunicación, se está llevando a cabo una labor de proselitismo que hace que jóvenes occidentales, de origen musulmán, sí, pero, por ejemplo, británicos, hijos de inmigrantes de religión musulmana pero no especialmente religiosos que hicieron un enorme esfuerzo de integración, se radicalicen y quieran iniciar la Yihad.
Yo creo que esa radicalización de los jóvenes puede tener que ver con esa búsqueda de referentes que hace que en ciertos lugares de los suburbios de Estados Unidos o América Latina otros jóvenes se unan a bandas, para encontrar unos referentes que les hagan sentirse parte de algo, llegando a radicalizarse y volcarse en la violencia
Para los países de cultura árabe, la eclosión de ISIS es la demostración de que en ciertos casos, la Primavera Árabe no tuvo los efectos deseados. Pero para Occidente el peligro viene no solo de que los radicales puedan atacar a periodistas, cooperantes o, en general, trabajadores occidentales que estén allí, sino de que esos jóvenes occidentales radicalizados, que se formaron en la violencia y el odio en lugares de Irak, pueden volver a sus países de origen a atentar.
 Pero como comentaba estos últimos días con algunas personas, por mucho que ISIS quiera presentarse como un "Estado" no lo es, y por lo tanto no es posible que pueda controlar amplios territorios de manera efectiva y permanente, ni mucho menos que llegue a conquistar territorios como la Península Ibérica. Su peligro para nosotros viene de la posibilidad de que personas formadas en él (o inspiradas por él) puedan atentar, no de que nos puedan conquistar. 

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