miércoles, agosto 20, 2014

Reflexionemos un poco

Hola a tod@s:
Comos dije en mi texto anterior, voy a poneros aquí un par de fragmentos de 1984, de Orwell (traducción de Rafael Vázquez Zamora para la edición de Planeta de 2001), para después plantearos algunas reflexiones al respecto:

“(…) Desde entonces, la guerra había sido continua, aunque hablando con exactitud, no se trataba siempre de la misma guerra (…). Por ejemplo, en este momento, en 1984 (si es que efectivamente era 1984), Oceanía estaba en guerra con Eurasia y era aliada de Asia Oriental. En ningún discurso público ni conversación privada se admitía que estas tres potencias se hubieran hallado alguna vez en distinta posición cada una respecto a las otras. Winston sabía muy bien que, hacía sólo cuatro años, Oceanía había estado en guerra contra Asia Oriental y aliada con Eurasia. Pero aquello era sólo un conocimiento furtivo que él tenía porque su memoria “fallaba” mucho, es decir, no estaba lo suficientemente controlada. Oficialmente, nunca se había producido un cambio en las alianzas. Oceanía estaba en guerra con Eurasia; por tanto, Oceanía siempre había luchado contra Eurasia (…).

El Partido dijo que Oceanía nunca había sido aliada de Eurasia. Él, Winston Smith, sabía que Oceanía había estado aliada con Eurasia cuatro años antes. Pero, ¿dónde constaba ese conocimiento? Sólo en su propia conciencia, la cual, en todo caso, iba a ser aniquilada muy pronto. Y si todos los demás aceptaban la mentira que impuso el Partido, si todos los testimonios decían lo mismo, entonces la mentira pasaba a la Historia (…).”

“(…) - ¡Camaradas! – exclamó una voz juvenil y resonante –. ¡Atención, camaradas! ¡Tenemos gloriosas noticias que comunicaros! Hemos ganado la batalla de la producción. Tenemos ya todos los datos completos y el nivel de vida se ha elevado en un veinte por ciento sobre el del año pasado. Esta mañana ha habido en toda Oceanía incontables manifestaciones espontáneas; los trabajadores salieron de las fábricas y de las oficinas y desfilaron, con banderas desplegadas, por las calles de cada ciudad proclamando su gratitud al Gran Hermano por la nueva y feliz vida que su sabia dirección nos permite disfrutar (…).

(…) Por lo visto, había habido hasta manifestaciones para agradecerle al Gran Hermano el aumento de la ración de chocolate a veinte gramos cada semana. Ayer mismo, pensó [Winston], se había anunciado que la ración se reduciría a veinte gramos semanales. ¿Cómo era posible que pudieran tragarse aquello, si no habían pasado más que veinticuatro horas? Sin embargo, se lo tragaron. Parsons lo digería con toda facilidad, con la estupidez de un animal. El individuo de las gafas con reflejos, en la otra mesa, lo aceptaba fanática y apasionadamente con un furioso deseo de descubrir, denunciar y vaporizar a todo aquel que insinuase que la semana pasada la ración fue de treinta gramos. Syme también se lo había tragado (…). ¿Es que sólo él, Winston, seguía poseyendo memoria? (…)”.

Interesante, ¿verdad? Ahora, pensemos un momento, aunque nos duela. ¿En algún momento hemos asistido a ejemplos de cinismo y propaganda como estos? Claro que sí.
Podemos pensar en varios ejemplos, pero vamos a centrarnos en uno. Porque los escuchamos cuando nuestro actual Presidente, entonces en la oposición, criticaba al Gobierno anterior por subir el IVA al 18% y, sin embargo, ahora nos vende como un éxito tener el IVA al 21%. Todo eso con el beneplácito de sus medios de comunicación afines, dignos trasuntos reales de los que escribían al dictado del Ministerio de la Verdad orwelliano.
Si es que, con sentido crítico, todas las lecturas pueden relacionarse con nuestra situación actual.

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