miércoles, octubre 16, 2013

Habla de lo que no sabe

Hola a todo el mundo:
Normalmente, las mañanas del domingo las dedico a leer por internet los artículos semanales de un par de escritores, concretamente Arturo Pérez-Reverte y Javier Marías. Y eso lo hago independientemente de a qué hora me haya acostado la noche anterior. Sin embargo, este domingo no lo hice, y no porque la noche anterior me hubiera portado mal, sino, simplemente porque estaba muy cansado de un viaje que hice desde Salamanca. Y por eso, cuando mis padres llegaron a casa para comer, cuando mi madre me preguntó si había leído a esos autores le dije que no, así que no fue difícil que ella entendiera que tampoco había sentido el interés de leer el artículo de Juan Manuel de Prada. Y entonces, mi madre me tendió el suplemento que venía con el periódico que habían comprado y me dijo que lo leyera; que me iba a cabrear mucho.
Normalmente no suelo leer a Juan Manuel de Prada, y cuando lo hago, suelo encontrarme con artículos sectarios, en los que habla de cosas que desconoce o que no comprende y que, sorprendentemente, no están tan bien escritos como sería de esperar para un escritor. Por eso no suelo acercarme a lo que escribe.
Y este artículo que me ha movido a escribir hoy es sobre un tema que yo sí conozco: y es que le dio por escribir sobre bilingüismo.
En primer lugar, este artículo no es más que la segunda parte de otro que había hecho hace varias semanas para defender a Ana Botella después de que esta demostrara su “dominio” del inglés. Y sigue las mismas pautas.
Se critica en el texto de este domingo la educación bilingüe, como algo inútil y contraproducente. Lo que no deja de ser curioso, toda vez que la derecha lleva tiempo hablando de lo buena que es la educación bilingüe y lo mucho que sirvió ese modelo educativo para que hoy su musa y lideresa Esperanza Aguirre controle la lengua de Shakespeare (y, por lo que se dice, parece ser que eso es verdad). Si tan bueno fue que ella estudiara según ese modelo, ¿por qué habría de ser mala la educación bilingüe en sí misma?
Pero lo más grave del texto de Prada es que parte de la idea de que no necesitaríamos saber otros idiomas si protegiéramos el nuestro. Dicho en otras palabras: que sabiendo castellano, deberíamos ser capaces de hacernos entender en cualquier parte.
No voy a decir qué opinión me merece esta forma de pensar, pero sí por qué creo que es errónea. Por la simple y sencilla razón de que saber idiomas no sobra y siempre nos va a ser útil, para viajar, para trabajar o, simplemente, para poder acercarnos a otras culturas sin la necesidad de la intermediación de un traductor.
Y porque, si relacionamos este texto con el otro que os enlacé más arriba, porque aunque él diga que los gobernantes no necesitan saber idiomas, yo creo que es imprescindible, y no solo para evitar que hagan el ridículo también a nivel internacional, sino también para evitar que cualquier ceporro (o ceporra) llegue a tener poder.
Otra vez.

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