viernes, julio 12, 2013

Conversaciones sobre la III República

Hola a todo el mundo:
Después de algún tiempo, hoy vuelvo a escribir algo para vosotros. Y tengo preparada alguna cosilla más que iré escribiendo en los próximos días, aunque de un tema que no tiene nada que ver. Y es que, si lo próximo sobre lo que voy a escribir es sobre música, hoy quiero hablaros de política. Concretamente de la presentación a la que asistí ayer. A la presentación de Conversaciones sobre la III República, el nuevo libro de Julio Anguita, que escribió junto a la periodista Carmen Reina.
La presentación, organizada por el Partido Comunista, tuvo lugar en el salón de actos del Centro Municipal Ateneo de La Calzada, o sea, en mi barrio. Y no hace falta que os diga que era uno de esos actos a los que hay que asistir sí o sí, independientemente de que estemos a favor o en contra de lo que el ponente dice.
Sí, porque Anguita, que hizo más una conferencia que una intervención al uso en una presentación, es un gran orador, de ideas claras y mucha lucidez, que, lejos de intentar convencer, lo que buscaba era mover a la reflexión.
Cuando llegó, a mí me dio la sensación de que tenía cara de cansado, de que los años ya no solo pasan, sino que también pesan. Sin embargo, cuando empezó a hablar, lo hizo con fuerza, con brillantez y con vehemencia, adoptando una postura que superaba la mera militancia y apelaba a argumentos complejos que explicaba con sencillerz.
Y de todo lo que dijo, me quedo con dos ideas. La primera, que para hablar de la Tercera República no tenemos que remontarnos a la Primera o a la Segunda, al pasado, sino que tenemos que plantear propuestas de futuro, líneas de actuación que hagan que la República pueda ser una realidad en el mundo actual.
Y la segunda, que hay que buscar propuestas que unan a todos los espectros políticos (porque, amig@s mí@s, ser republicano no equivale necesariamente a ser de izquierdas), dejando de lado los símbolos y las etiquetas, y partiendo de lo que nos une, no de lo que nos separa.
Qué bien nos iría con si en vez de tanto salvapatrias tuviéramos políticos así, lúcidos y comprometidos, tanto en lo intelectual como en lo sociopolítico. 


1 comentario:

Anónimo dijo...

El problema de la política, amigo mío, es que corrompe. Y Anguita bien lo sabe.

Por eso, decide hablar desde la distancia que marcan los años y mover a la reflexión sabiendo que ya no tiene nada que perder.

Y qué bueno que lo haga, oiga...