jueves, mayo 09, 2013

Comentarios sobre la nueva legislación

Hola a todo el mundo:
La verdad, este Gobierno no hace más que darnos disgustos. Y no por nada en particular, sino simplemente porque se empeñan en enfrentarse no sólo al estado del bienestar o a los ciudadanos, sino porque ahora se enfrentan también al sentido común y a la cordura. Y eso lo estamos viendo estos días con la reforma de la Ley del Aborto que prepara Gallardón (también con la Ley que prepara Wert, pero de momento no voy a hablar de ella porque Wert ya me cansa).
Evidentemente, hablar del aborto supone hablar de temas complejos y controvertidos en los que puede haber implicaciones morales, éticas, jurídicas e incluso religiosas. Pero yo creo que es mucho más fácil y productivo acercarnos a este tema desde el punto de vista del sentido común (que, como todos sabemos, es el menos común de los sentidos).
Porque a pesar de las tonterías que estamos escuchando estos días (que si tiene que ver con ETA, que si es propio de mujeres sin educación y todas esas estupideces que dicen los mediocres que buscan sus quince minutos de fama), el aborto no es un tema baladí que se pueda abordar con superficialidad o haciendo comparaciones que no vienen al caso. Es un hecho que supone un drama para las personas implicadas en él. Y como tal hay que considerarlo.
Y, aunque el Gobierno no se acuerde, la ley actual no obliga a practicarlo. Sólo delimita el marco dentro del cual se podría practicar en caso de que una mujer se decidiese a hacerlo. Y, como bien se ha demostrado (a las cifras de la Organización Mundial de la Salud me remito), en los lugares en los que se prohíbe o en los que las legislaciones son menos flexibles, hay más muertes de mujeres debidas a que el aborto se les practica en condiciones insalubres.
O sea. Que por muchas trabas que se pongan, quien lo considere necesario como mal menor, va a seguir abortando, sólo que en lugar de hacerlo en las condiciones más apropiadas, lo hará en la “consulta” de cualquier matarife.
Y sobre los argumentos del Ministro, queda muy aparente que diga que el supuesto de la malformación del feto no es motivo de aborto, amparándose en el derecho a la vida. Pero me lo tomaría más en serio si el suyo no fuera el mismo Gobierno que ha destruido las ayudas a la dependencia que harían que la vida del niño que va a nacer fuera más digna.

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