viernes, septiembre 30, 2011

Número 5 de Tiempo y Sociedad

Hola a todos, queridos lectores:
Aquí os dejo el nuevo número de Tiempo y Sociedad en formato flash.
Espero que os parezca interesante.



La parte y el todo

Muy buenas, queridos lectores:
Desde mi humilde punto de vista, que comparto conmigo mismo y con mi mecanismo, un problema bastante grave que hay en nuestra sociedad es que en ocasiones se toma una parte de algo, y de su descripción se concluye que el todo es así. Es decir, que por un garbanzo negro, decidimos que todo el cocido es un asco. Pero también está claro que esto sólo se hace en ciertos casos, dependiendo de quién nos lo cuente. Veamos algunos ejemplos:
El chiflado terrorista que lió la que lió en Noruega tenía un manifiesto en internet en el que explicaba sus ideas (o su diarrea mental, como más os guste). Resulta que en nuestro país hay un medio de comunicación que comparte algunas de sus ideas. Sin embargo, nadie dijo que todos los periodistas de dicho medio sean terroristas ni que tengan problemas en su salud mental. Lógicamente, eso sería muy malintencionado y nadie en su sano juicio podría concluir tal cosa.
En segundo lugar, entre los voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud había un loco que pretendía poner una bomba. Y sin embargo, nadie dijo que todos fueran terroristas en potencia.
Pero mirad por dónde, resulta que porque en el 15-M hubo unos pocos que eran violentos, hemos tenido que escuchar que todos eran terroristas con entrenamiento en kale borroka o que todos eran potenciales golpistas.
¿Será que la mentira es patrimonio sólo de los de un lado? Por supuesto que no, que decir eso sería tomar la parte (los pocos que mienten) por el todo (todos los de ese lado), y en ese lado también hay muy buena gente.
Nos vemos.

sábado, septiembre 24, 2011

¿Cuántas veces van ya?

Muy buenas a tod@s:
Anoche, en plenas fiestas de San Mateo, en Oviedo, hubo una actuación de las que no me puedo perder. Tocaban Avalanch, y creo que ya es la sexta vez que los veo desde el verano de 2008, y siete, si contamos que ya los había visto allá por el año 2000. Pero mis acompañantes de anoche, Maite y el Garry, creo que los vieron siete y ocho veces cada uno desde el mismo concierto de julio del 2008. Así que, entre eso y lo cerca que estábamos del escenario, creo que Rionda y sus chicos ya nos reconocieron.
El cartel de la noche era anómalo, y ésa era una de las quejas de los artistas asturianos que participaron en las fiestas oventenses: que no les dieran promoción, que los hicieran compartir escenario con grupos de estilos muy dispares (como si Avalanch, Stormy Mondays o Dark laeMe fueran los teloneros de otros o, aún peor, actuaciones de relleno) y que se les obligara a aceptar unas condiciones de contratación draconianas. Y precisamente por eso, la mayor parte de la gente que estaba anoche en la Plaza de la Catedral no estaba allí para ver a Avalanch, sino a Carlos Jean, que se subió a las tablas después.
Pero bueno, centrémonos en lo que estábamos, que es hablar de lo que hicieron Ramón Lage, Alberto Rionda y compañía. 
Después de su concierto de enero, en el que tuvieron que lidiar con unas mezclas de sonido que no fueron las más acertadas y en el que se equivocaron con el orden de las canciones, tenía ganas de volver a verlos, para ver si me quitaba el sabor de boca de aquella vez. Y vaya si se me quitó.
Impuntualmente a las once y veinte o algo más, se subieron al escenario estos seis tíos para empezar su descarga con una potente "Aún respiro", para la que usaron pirotecnia y fuego real, y a la que siguieron "Otra vida" y "Delirios de grandeza". El sonido era bueno, los músicos estaban sonrientes y entregados y el público se sabía las canciones, y encima, por fin había dejado de llover. Esto va por buen camino.
Continúan con temas como "Hoy te vuelto a recordar" y "Ángel de la muerte". Se acuerdan por fin de su más reciente plástico y nos interpretan, seguidas, "El hombre solo", "El ladrón de sueños", y una espléndida "Mil motivos".
Pero nuestros amigos tenían muy poco tiempo para tocar, así que empezaron ya a tocar sus canciones más míticas, empezando por "Pies de barro", a la que siguió otro guiño a su pasado con "Xana" (como cada vez tengo menos lectores de fuera de Asturias, esta vez no voy a explicar lo que es una xana en la mitología asturiana, me remito a la crónica que enlacé en el primer párrafo), a la que siguieron "Alas de cristal", la genial "Lucero" y por último, como siempre, "Lágrimas negras", también con pirotecnia.
Probablemente los músicos no estaban de buen humor por el trato que habían recibido de la Sociedad de Festejos de Oviedo, pero eso no hizo que dejaran de entregarse, sino todo lo contrario: los seis fueron tan profesionales como siempre y lo dieron todo. Las canciones estaban bien elegidas y su orden también. La única pega fue que tuvieran tan poco tiempo para tocar (una hora y cuarto o por ahí), que obligó a que dejaran fuera del repertorio temas como "Papel roto", "¿Quién soy?" o algunas de su último disco que hubieran servido para que la actuación fuera redonda del todo.
Espero que la próxima vez ya tengan todo el tiempo que merecen. 
Nos vemos.

domingo, septiembre 18, 2011

Cosas de la justicia

Hola a tod@s:
Estas últimas semanas, el lío que tengo es muy grande, así que me encuentro con poco tiempo para escribir para vosotros. No obstante, hay un tema que no podía dejar pasar, aunque sólo diera lugar a un texto muy corto: El de la condena a Arnaldo Otegi. Y es que a este señor le han caído diez años por intentar reorganizar Batasuna.
A estas alturas, no creo que nadie piense que soy proetarra ni nada que se le parezca. Y sin embargo, en este caso ha habido alguna cosa que no entiendo y que me lleva a pensar que se trata de una condena no derivada de la aplicación estricta de la justicia, sino de una condena política.
Sí, porque Otegi no tiene delitos de sangre (o no los tiene desde un punto de vista literal, luego podríamos discutir si desde un punto de vista más amplio se puede considerar la posibilidad de que los tenga), y sin embargo le condenaron a diez años, que no es una condena precisamente suave. Y no estoy seguro de que en circunstancias similares, otra persona fuera condenada a la misma pena.
Como ya dije antes, creo que las ideas no matan, matan las personas que usan las ideas como excusa. Y que por eso hay que ser muy cuidadoso en estos casos. 
No sé de derecho, y no sé si una pena así es coherente con el delito del que se le acusa. A lo mejor sí, en cuyo caso este texto no tiene validez alguna. Sin embargo, se me ocurre una pregunta, sin ánimo de crear más polémica que la que se deriva de estos temas tan delicados: Si a él le condenan a diez años, ¿cuántos deberían ser la pena de Ortega Cano que sí mató a una persona?
Pensad en ello.
Un saludo.

viernes, septiembre 02, 2011

¿Quién trabaja menos?

Muy buenas, colegas:
Resulta que ayer me puse de muy mal humor. Una Presidenta de Comunidad Autónoma, ante la posibilidad de que los docentes de su autonomía se puedan poner en huelga para protestar por el aumento de dos horas de carga lectiva, dijo que la mayoría de los habitantes de la Comunidad trabajan más de veinte horas a la semana. Toma demagogia.
Sí, porque, aunque para la gente que no está metida en esto el trabajo de los profesores y maestros se limita única y exclusivamente a dar clase (las "horas lectivas"), en su trabajo hay muchas más labores. Podríamos pensar en las horas de tutoría con los grupos, o de atención a los padres. O podríamos hablar de las horas que se dedican a reuniones de Departamento, claustros, Juntas de Evaluación, reuniones con los orientadores, reuniones de tutores, guardias,... Todas estas actividades suponen bastantes horas más a la semana.
O esas horas de formación obligatoria, que se desarrollan por las tardes, cuando no los sábados.
Y luego, claro, queda comentar esas horas que, robadas al tiempo de ocio, hay que dedicar a corregir exámenes, trabajos y cuadernos, o a preparar las clases del día siguiente.
O sea, que pensar que el trabajo de un profesor se reduce sólo a dar clase es tan estúpido como pensar que el trabajo de un presentador de telediario se desarrolla sólo durante la media hora que duran los informativos. O que el de un político sólo consiste en estar delante de las cámaras.
Fijo que la mayor parte de los trabajadores de esa comunidad trabajan más de veinte horas a la semana, y entre ellos, los docentes. Luego podemos hablar de las horas semanales que trabajan ciertos políticos (¿seguro que todos trabajan cuarenta horas a la semana?).
Si a todo este despropósito le sumamos la reducción de interinos en esa Comunidad, nos encontramos con que va a haber menos trabajadores que tendrán que trabajar más horas. Luego nos dicen que van a crear empleo...
Lo que yo creo es que, en este momento de crisis, en lugar de buscar soluciones, hay quien ha decidido buscar culpables, o mejor dicho, unos chivos expiatorios que carguen con la culpa. Y unos trabajadores que tienen el puesto "asegurado" en tiempos de inestabilidad (y en el caso de los interinos, esto es, como hemos visto, más que discutible), son las perfectas víctimas propiciatorias a las que cargar con las culpas de la crisis.
El mensaje que subyace en las palabras de dicha Presidenta está más que claro: La culpa no es de los políticos o de su gestión, la culpa no es del sistema, ni de nada de eso. La culpa es de los docentes (y ya puestos, de todos los funcionarios, qué carajo), que son malos, vagos, maleantes e insolidarios. Y cuando se tiene un supuesto culpable, los ciudadanos dejan de cuestionar la gestión de los gobernantes y sólo critican a esos supuestos culpables. O sea, que la idea es manipular a los ciudadanos para ponerlos en contra de un colectivo concreto y que no piensen en nada más.
Y así se enfrenta a los ciudadanos contra unos funcionarios a los que ya se rebajó el sueldo.
A mí sólo se me ocurre decir una cosa: ¡¡Qué necesitada está la política de este país de gente con cabeza!!
Nos vemos.