viernes, diciembre 30, 2011

Pues ya está claro

Muy buenas, colegas. Y feliz año, que mañana ya es la esperada Nochevieja.
Por si alguien tenía dudas, ya vamos poco a poco enterándonos de cuáles son los planes de los nuevos Gobiernos. Y de los no tan nuevos.
Sin ir más lejos, aquí en Gijón ya se está perfilando lo que va a ser el próximo verano en lo que a festejos y cultura se refiere.
La Semana Negra, esa polémica Semana Negra, única en nuestro entorno, que colocó a la ciudad en los circuitos culturales internacionales y que demuestra que la cultura y el ocio pueden (y deben) combinarse, se queda sin partida presupuestaria. Y, como decía un profesor que tuve en la Universidad (y de hecho, esta frase fue lo único que me enseñó), "lo que no está en los presupuestos, no existe". Dicho de otro modo: la Semana Negra casi seguro que pasará a mejor vida. Pero que nadie se preocupe, que la van a cambiar por el enésimo festival intercéltico de Asturias.
También comentaron que los conciertos de la Semana Grande tendrían que ser más baratos. Sí, MÁS BARATOS todavía, que últimamente no están trayendo a demasiada gente interesante. Además, van a quitar el escenario de la Plaza Mayor y trasladar el de Poniente al Náutico. O sea, que los conciertos volverán al lugar del que los echaron las quejas de los vecinos, sitio en el que, por cierto, caben varios miles de espectadores menos.
Luego, si Gijón pierde turismo en verano, se quejarán, por supuesto.
Y del Consejo de Ministros de hoy, prefiero no hablar, que mañana es Nochevieja y quiero llegar de buen humor.
Un abrazo y que nadie se atragante con las uvas.

lunes, diciembre 26, 2011

Cosas de la red

Muy buenas, queridos lectores, y felices fiestas.
Muchos os preguntareis por qué llevo tanto tiempo espaciando lo que escribo en este blog y mucho más retrasando lo que escribo para Suite 101. Pues las respuestas son muy sencillas:
En el caso de este blog, pues en principio fue por problemas con el ordenador y luego por falta de ideas.
En el caso de Suite 101, pues es algo más complicado, aunque al principio fue por lo mismo. Resulta que la sede central de Suite 101, que está en Canadá, decidió que a partir de ahora ya no resulta rentable tener a gente contratada en las sedes europeas (una para Francia, otra para Alemania y la última para España y América Latina), que se encargue de llevar a cabo la edición. Es decir, que desde hace justo diez días, la gente que estaba trabajando en esas oficinas se fueron a la calle, dejando las páginas "huérfanas", porque ya no hay nadie que se encargue del control de calidad, ni de darnos incentivos por escribir. O sea, que ahora, Suite 101 es otra página de blogs. Antes tenía que escribir diez textos cada tres meses, que era poco menos de uno por semana. Ahora sólo me exigen que escriba uno cada tres meses para que no pierda el acceso a mi cuenta. Supongo que yo escribiré algo más y resolveré la cuestión con un artículo al mes. A ver si esta semana escribo algo. Ese artículo mensual será mi buena acción del mes.
Total, que la crisis está fastidiando hasta las páginas de internet.
Pasadlo bien en Nochevieja.

martes, diciembre 20, 2011

El libro del año 2011

Muy buenas, queridos lectores:

Ya sé que os tengo imperdonablemente abandonados, pero este último mes tuve una enorme cantidad de complicaciones. A mis habituales movidas, que ya me hacen tener poco tiempo, se sumó una serie de problemas informáticos, que en principio yo achaqué a una mala conexión, pero que al final se relacionaban más bien con que mi ordenador necesitaba una buena puesta a punto. Pero ahora mismo, todo ha vuelto a la normalidad (o a lo más parecido a la normalidad que puede tener alguien como yo), y vuelvo a escribiros algo.

Como no me apetece andar con temas poco agradables, prefiero hablaros de una de mis sanas costumbres: La de elegir cada año el libro que más me gustó de todos los que pasaron por mis manos.

Este año, desgraciadamente, no leí tanto como me hubiera gustado. Resulta que era verdad eso de que para leer hace falta tiempo, y yo tuve poco. Pero con todo, conseguí echar mano de varias decenas de ellos. Algunos los leía por vez primera, como varios de Paul Auster, y alguno de Steinbeck o de Kafka, y otros los releí, pero en inglés, como El hobbit o El retrato de Dorian Gray.

De entre todos ellos, me ha costado mucho decidirme. Durante buena parte del año, decidí que el libro que más me había gustado era Las uvas de la ira, de Steinbeck, un libro duro sobre la supervivencia en épocas de crisis, muy apropiado, salvando las distancias, para la situación actual. Sin embargo, el otro día cayó en mis garras La metamorfosis, de Kafka, muy original, y corto, tanto que en un par de ratos muertos me lo terminé. Me encantó por la sencillez de la narración, que sirve para que una historia extraña y grotesca nos parezca lo más normal del mundo, y también por las distintas lecturas que se pueden extraer del relato.
Por eso, este año no tiene un ganador, sino dos: Las uvas de la ira y La metamorfosis.
Disfrutadlos.

Nuevo número de Tiempo y Sociedad

Aquí está el nuevo número de Tiempo y Sociedad en formato flash.
Espero que resulte interesante: