jueves, mayo 12, 2011

Otra vez en campaña

Pues sí, camaradas, otra vez en campaña. Que entre elecciones, generales, municipales, autonómicas y al Parlamento Europeo, estamos siempre en campaña, leñe. Y ya veréis cuando haya que votar la independencia de mi barrio. Y, como siempre, no se dice nada nuevo.
Sin embargo, sí se da nueva forma a los temas clásicos (por no decir "viejos"). Por ejemplo, ahora casi no se habla de ETA. Se habla de Bildu.
Y ése es un tema peliagudo. Porque ahora que es legal, se vuelve otra vez a dar vueltas con la movida de que el Gobierno negocia con ETA. Y a lo mejor la cosa es un poco más complicada que todo eso.
En primer lugar, si fuera verdad lo de la negociación no estaríamos en uno de los períodos en los que más etarras se están deteniendo. Pero mi argumento principal no va por ahí. Va por la idea de que, si fuera así, en España no habría división de poderes. Y yo creo que la hay, porque en realidad un magistrado, desde el momento en el que tiene una plaza de funcionario segura, ya no necesita plegarse a lo que le diga un partido político u otro.
Por cierto, un aparte: cuando se habla de la división de poderes, a la gente pedante se le llena la boca diciendo que ése es un concepto que desarrolló Montesquieu en El espíritu de las leyes. En realidad, Montesquieu lo que hizo fue tomar ese concepto de la Política de Aristóteles. Y otra cosa: Precisamente en El espíritu de las leyes está la idea de que éstas son susceptibles de ser interpretadas, y por eso las sentencias pueden ser discutibles. Si no fuera así, no harían falta los jueces, con tener un robot que aplicara la ley de manera mecánica ya estaría todo solucionado.
Después de esta didáctica digresión (es ese profe que vive dentro de mí, que de vez en cuando tengo que dejarlo salir), vuelvo a mi argumentación.
Lo de declarar ilegal a Bildu era algo muy complicado, porque en realidad no es un partido político, sino una coalición, y en ella había partidos, como Eusko Alkartasuna, que condenan la violencia. Que es, por cierto, es lo mismo que hace Bildu en sus estatutos.
Luego está lo del etarra que posó al salir de la cárcel con una pancarta de Bildu. Por mucho que no nos guste la cosa, tampoco es tan raro: Por un lado, una vez que cumplió su condena, aunque nos siga pareciendo un asesino (que no digo que no lo sea), es un hombre libre, y como tal, puede pedir el voto para quien le parezca. Y que lo pida para Bildu es lo lógico. Lo raro sería que lo pidiera para el PP.
Y por último hay un detalle que se tiende a olvidar, sobre todo por parte de los medios de derechas: Que en la última reforma de la Ley Electoral se recoge la posibilidad de que, si un partido es ilegalizado después de las elecciones, sus representantes electos puedan perder los cargos que tengan (con la legislación anterior, aunque el partido fuera ilegalizado, sus representantes mantenían los cargos).
Pues eso. Que por mucho que nos quieran vender la moto, las cosas no son tan sencillas.
Nos vemos.

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