Hola a todos, queridos lectores.
Como comentaba hace un rato con uno de vosotros, últimamente tengo demasiadas cosas que hacer como para poder escribir todo lo que me gustaría. Pero había un tema sobre el que no podía dejar de escribir: el fallecimiento de José Saramago. Y es lógico que no pueda dejarlo pasar. Como bien sabéis, es uno de mis escritores favoritos.
La primera vez que leí algo suyo fue cuando encontré por casa El año de la muerte de Ricardo Reis. Y desde entonces he ido sumergiéndome más y más en su obra, y disfrutando cada vez más de su compleja prosa.
Sí es cierto que algunas de sus novelas puedes parecer complicadas. Pero sólo es una apariencia. Por debajo de sus frases aparentemente difíciles de entender se ocultan historias que nos pueden enseñar mucho de la condición humana.
Y aparte de todo esto, Saramago era un hombre comprometido con sus semejantes, una buena persona que siempre estaba del lado de los más débiles.
Ahora habrá quien recuerde su militancia izquierdista y la use como un argumento en su contra, como vimos en cierto periódico escrito en italiano o como escuchamos decir a cierto político que dijo algo así como que pese a ser de izquierdas era un buen escritor (como si no pudiéramos leer lo que escriben aquellos que no piensan como nosotros o como si la gente de izquierdas no supiera escribir). Olvidando, claro, que Saramago hacía años que no apoyaba la dictadura castrista, por ejemplo.
Pero bueno, al margen de interpretaciones políticas que no vienen a cuento en este caso, ahora lo que debemos hacer es redirle el mejor homenaje que se le puede hacer a un escritor de su talla y de su talento: leerle ahora más que nunca.
Y ahí van mis recomendaciones (sin ninguna intención de ser exhaustivo ni de sentar cátedra, sólo diciendo cuáles son mis favoritos):
1- El hombre duplicado.
2- El Evangelio según Jesucristo.
3- Las intermitencias de la muerte.
4- Memorial del convento.
5- La balsa de piedra (reeditado recientemente en una versión hecha expresamente para recaudar fondos para Haití).
Y a partir de ahí, lo que os apetezca (y que nadie piense que digo éstos porque no me leí más libros de él, eh, que me leí unos cuantos más, jejeje).
Nos vemos.
Como comentaba hace un rato con uno de vosotros, últimamente tengo demasiadas cosas que hacer como para poder escribir todo lo que me gustaría. Pero había un tema sobre el que no podía dejar de escribir: el fallecimiento de José Saramago. Y es lógico que no pueda dejarlo pasar. Como bien sabéis, es uno de mis escritores favoritos.
La primera vez que leí algo suyo fue cuando encontré por casa El año de la muerte de Ricardo Reis. Y desde entonces he ido sumergiéndome más y más en su obra, y disfrutando cada vez más de su compleja prosa.
Sí es cierto que algunas de sus novelas puedes parecer complicadas. Pero sólo es una apariencia. Por debajo de sus frases aparentemente difíciles de entender se ocultan historias que nos pueden enseñar mucho de la condición humana.
Y aparte de todo esto, Saramago era un hombre comprometido con sus semejantes, una buena persona que siempre estaba del lado de los más débiles.
Ahora habrá quien recuerde su militancia izquierdista y la use como un argumento en su contra, como vimos en cierto periódico escrito en italiano o como escuchamos decir a cierto político que dijo algo así como que pese a ser de izquierdas era un buen escritor (como si no pudiéramos leer lo que escriben aquellos que no piensan como nosotros o como si la gente de izquierdas no supiera escribir). Olvidando, claro, que Saramago hacía años que no apoyaba la dictadura castrista, por ejemplo.
Pero bueno, al margen de interpretaciones políticas que no vienen a cuento en este caso, ahora lo que debemos hacer es redirle el mejor homenaje que se le puede hacer a un escritor de su talla y de su talento: leerle ahora más que nunca.
Y ahí van mis recomendaciones (sin ninguna intención de ser exhaustivo ni de sentar cátedra, sólo diciendo cuáles son mis favoritos):
1- El hombre duplicado.
2- El Evangelio según Jesucristo.
3- Las intermitencias de la muerte.
4- Memorial del convento.
5- La balsa de piedra (reeditado recientemente en una versión hecha expresamente para recaudar fondos para Haití).
Y a partir de ahí, lo que os apetezca (y que nadie piense que digo éstos porque no me leí más libros de él, eh, que me leí unos cuantos más, jejeje).
Nos vemos.