lunes, febrero 23, 2009

La lucha por la vida

- No podemos comernos eso.
- ¿Que no? Ahora lo verás - y alargando la mano, le dio al joven un trozo de carne cruda, antes de añadir - . Come, chaval. Pero acércala al fuego, que no creo que sea fácil comerla así.
El más joven cogió el pedazo de carne con asco y con un punto de cargo de conciencia. Se fijó en ella y se dio cuenta de que la nieve había hecho que la carne se mantuviese en buen estado durante varios días.
- ¿Pero cuándo nos van a rescatar? - se preguntó.
Miró el crepitar de las llamas de la hoguera, pensando si debía cocinar la carne o no. Y sobre todo, si debía comerla o no. Entonces, se dio cuenta del frío que tenía.
Pero lo que más sentía era hambre.
Si no comía, podía incluso desmayarse, o algo peor.
Entonces, ensartó el pedazo de carne en una rama y la acercó al fuego. Mientras, su acompañante cortaba otro trozo del cadáver del que hasta hacía unos días había sido su amigo.

sábado, febrero 21, 2009

Esto no es Esparta

Hace casi dos años, coincidiendo con el estreno de la peli 300, el compadre Pedro colgó un interesante texto sobre la película en su blog en el que yo comenté dando también mi opinión. Ahora me leí el cómic (entonces sólo lo había tenido un rato en mis manos, pero sin leerlo con atención), así que, aunque con un poco (bueno, con bastante) retraso, voy a comentároslo.
Ante todo, lo primero que hay que decir, es que el cómic casi parece el storyboard de la película, porque la peli les salió calcada al cómic. Eso significa que, desde el punto de vista estético, es chulo y está bien hecho.
Pero luego llegamos a la visión ideológica del asunto. Como ya se sabe, Esparta fue una fuente de inspiración para Hitler y sus chicos (sobre el particular, recomiendo la lectura de Ideologías de los Estudios Clásicos, de Luciano Canfora, editado en Akal en 1991), de modo que ya os podréis imaginar por dónde van los tiros. Evidentemente, no podemos interpretar que el cómic cuenta una historia que pueda tener cierto paralelismo con la última guerra de Irak porque es de 1998 y en ese momento no se podía saber que iba a haber la movida con la ONU que hubo después cuando Bush y sus acólitos quisieron destruir una de las cunas de la civilización porque querían petróleo barato (interpretación que en la película sí era posible porque fue en un momento más reciente).
Pero la interpretación de ver a los héroes espartanos como machotes que ven a los demócratas atenienses como afeminados y a los malvados persas como feos, libidinosos, decadentes y también afeminados sí que está. La imagen que se da de los espartanos nos los muestra como guerreros dispuestos a luchar por sus leyes. Pero ojo: por mucho que diga el colega Reverte, luchaban por las leyes de Esparta, no por la democracia del resto de los griegos, atenienses, por ejemplo. Por eso no considero que podamos aceptar a los espartanos como los que salvaron nuestros orígenes de la injerencia oriental. Acepto que pudieron demostrar a los demás griegos (los que sí podríamos ver como los creadores de la idea democrática) que los persas podían ser derrotados. Pero hombre, no digamos que los espartanos, que de demócratas tenían poco y que se dedicaban a despeñar a sus hijos cuando no les salían perfectos, que "Eran los nuestros", leñe. Y todo eso se ve muy bien en el cómic (y en la peli, vaya).
Nos vemos.

Lenguas libres

Comentaba esta mañana (escribo el día 21 de febrero, pero esto tardará algunas semanas en ver la luz) que me parecía muy interesante la polémica generada a raiz de una manifestación que hubo hace algunas semanas en Galicia para pedir el bilingüismo. A la vez, me acordé del Manifiesto por la lengua común que se hizo hace algunos meses, al que se respondió con un contramanifiesto posteriormente. Y eso me llevó a preguntarme si la polémica es real.
Es decir, si todo esto que se dice sobre que si el castellano está en peligro o que si no se puede usar en los sitios con otra lengua oficial, responde a una realidad. Y yo creo que no.
En primer lugar, la instrumentalización política del uso de un idioma me parece como mínimo algo bastante traído por los pelos. Porque hablar una lengua u otra poco tiene que ver con una opción política. Simplemente hablamos como sabemos o como nos apetece.
En segundo lugar, la existencia de otras lenguas en nuestro país no supone que el castellano esté en peligro, por mucho que se diga en sitios como Libertad Digital. Porque vamos a ver. ¿Cómo podemos decir que está en peligro la lengua que nos permite entendernos con cuatrocientos millones de personas en todo el mundo? Y porque la existencia del gallego, el catalán o el vasco no significa que en esos lugares no se entienda el castellano, aunque en estos lugares la lengua vehicular de la enseñanza sea la propia en perjuicio del castellano (bueno, llegados a este punto podríamos entrar en la discusión sobre si esto es justo o no, pero no es momento ni lugar). Y recordemos que en Galicia, el País Vasco y Cataluña tienen también televisiones autonómicas, pero ni todas son en sus lenguas (uno de los dos canales de la ETB vasca es en castellano) ni eso significa que no vean las demás cadenas españolas.
Yo creo que, en lugar de ver la existencia de otras lenguas en nuestro país como un elemento de división debemos verlo como un rasgo de riqueza cultural. Y sentirnos orgullosos de ello.
Un saludo.

¿Ser o no ser? Pues yo elijo no ser

Estos últimos días (escribo el día 21 de febrero, pero este texto tardará aún un par de semanas en colgarse) estuve yendo a unas jornadas sobre Arte, ciencia, tecnología y nuevas prácticas artísticas, que me parecieron muy interesantes y que me ayudaron a abrir un poco mi mente a otras formas de trabajar. Y escuché un debate interesante.
En efecto, la primera ponente hizo una mención al concepto de los nativos digitales, cosa de la que ya había hablado unos días antes en su blog. ¿Y qué es eso de los nativos digitales?, os preguntaréis. Pues los nativos digitales serían aquellas personas que tienen menos de 44 años (ni 40, ni 45, ni 50, 44, ahí queda eso), que usan internet habitualmente, que lo usan como forma de comunicación y que crean contenidos para la red. Pero también dijo la ponente que ella, a sus 32 años, no se consideraba una nativa digital. Entonces, me pregunté si yo lo sería. Veamos:
- Tengo 28 años.
- Uso internet habitualmente, entro dos, tres y hasta cuatro veces al día en la red. Tengo dos cuentas de correo electrónico, un perfil en Facebook y lo uso como medio de comunicación y de búsqueda de información.
- Además, formo parte de la red académica global Historia a Debate.
- Y creo contenidos para la red, ya que tengo este blog, el otro (Sombra y Luz), y además he publicado en revistas digitales, como el artículo que tengo en el número 42 de Medievalismo Digital.
Anda, según eso, yo soy un nativo digital de libro.
Pero, ¿lo soy realmente?
Yo creo que no. Como bien decía la ponente, nuestra educación fue una educación basada en los libros, en la que los medios digitales apenas tuvieron presencia. Por eso, por mucho que se quiera hacer uso de la generalización, ni yo ni, seguramente, ninguno de vosotros seamos nativos digitales. Somos "inmigrantes digitales", porque llegamos a este mundo desde una educación muy distinta.
Porque, como comentábamos hace algunas semanas, toda generalización supone vulgarizar la idea, y por eso creo que, por muchas etiquetas que se quieran usar, no es tan fácil decir que se puede reducir todo lo que hacemos a una idea tan simple.
Y es que somos de un complicado...

Por cierto, supongo que habréis notado que ahí al lado incuí una lista de etiquetas para que os resulte más fácil la búsqueda de textos, y también la lista de vuestros blogs. ¿No os quejaréis, eh? Je, je.

sábado, febrero 14, 2009

¿Quién soy?

Llegó a su casa, después de un día en el que había realizado su trabajo como siempre: Había sido el portavoz y el altavoz de aquéllos que le pagaban (muy bien, todo sea dicho) por manipular a los que le escuchaban; además, había aderezado su discurso con mentiras, insultos e improperios varios contra amigos y enemigos, para demostrar a los "modernos fariseos" que le pagaban que era un fiel estómago agradecido.
Había sido lo que Eça de Queiroz habría llamado un "bellaco con ortografía, sin escrúpulos, que redactaba con lenguaje sonoro los insultos, las calumnias", y había hecho buenas las frases que dicen "¡Si hay escándalo, se cuenta! ¡Si no lo hay, se inventa!". Fiel a sus principios actuales, claro.
Se acercó cojeando a su despacho, dejó su portafolios sobre el escritorio, y se acercó a la ventana. Desde ella, vio a alguien que conocía. Pero no recordaba de qué.
Durante todo el resto de la tarde estuvo haciendo memoria, pero no pudo acordarse de qué conocía a ese hombre. Cenó con la cabeza ocupada en recordar, pero sin éxito. Se acostó, y, con su conciencia tranquila, durmió profundamente.
Eran las tres y cuarto de la mañana cuando volvió a despertarse. Entre sueños, había recordado a ese hombre.
Se levantó de la cama y, todo lo rápido que su cojera le permitía, fue hacia su despacho. Cogió un viejo álbum de fotos de un estante y rebuscó entre las fotografías ajadas por el tiempo.
Ahí estaba. Incluso podía recordar su nombre. Ese hombre había sido su amigo en otro tiempo. En otra vida. Cuando sus principios eran diferentes.
En la fotografía se veía el emblema de un partido político al que ahora insultaba, y recordó que antes él creía en ese partido. Ahora, sólo creía en los que le pagaban.
"¿Para qué quiero principios, si tengo dinero?", se dijo.
Pero antes de acostarse fue al cuarto de baño y, al verse reflejado en el espejo, no pudo evitar preguntarse "¿Quién soy?".

Libertad para vivir, libertad para morir

Como bien sabéis, recientemente hubo un enconado debate en Italia sobre la pertinencia de que la mujer Eluana Englaro fuera desconectada de la máquina que la mantenía con vida, ya que estaba en coma, debate que es sorprendente sobre todo si tenemos en cuenta que Eluana había dejado dicho que no quería vivir así, que los médicos decían que su estado era irreversible, y que había ya una sentencia amparando la decisión de desconectarla.
Esto podría llevarnos a hablar de las tonterías que puede llegar a hacer Berlusconni con tal de salir en la foto (llegó a decir que Eluana aún "podría ser madre", justificando implícitamente una hipotética violación de la mujer) o a comentar el poder que la jerarquía eclesiástica tiene todavía en ciertos países. En definitiva, nos podría llevar a hablar de la instrumentalización del sufrimiento ajeno. Pero prefiero referirme al debeta más polémico, el de la eutanasia.
En primer lugar, para evitar malos entendidos y suspicacias, me gustaría comentar el hecho de que la existencia de un derecho no supone la obligación de hacer uso de él. Es decir, que igual que la existencia del derecho a casarse con personas del mismo sexo no me obliga a casarme con otro tío, la existencia de la eutanasia no supondría la obligación de ser ayudado a morir llegado un cierto momento de la vida. Hecha esta aclaración, empiezo con mi argumento.
Lo que yo opino es que hay momentos en los cuales una persona debería poder decidir si quiere o no seguir sufriendo y seguir haciendo sufrir a sus seres queridos. Ver a una persona antaño fuerte consumirse no es agradable, y ser consciente del sufrimiento que causamos a los que nos ven consumirnos, tampoco.
Por eso, me gustaría ver que se legisla y se regula la eutanasia, tanto activa como pasiva, en ciertos supuestos. Porque si tenemos derecho a la vida, también deberíamos tenerlo a una muerte digna, y no a morir sufriendo como animales.
Y desde aquí hago mi testamento vital: Si llegado el momento me encuentro en coma irreversible, o incapacitado para nada más que para hacer sufrir a mis personas cercanas, quede claro que no quiero vivir atado a una máquina sin esperanza de mejora, ni quiero que mi existencia (que no mi vida) suponga un lastre para los demás.
He dicho.

Doctor, creo que me persiguen

Muy buenas, queridos lectores:
Supongo que ya sabéis la movida que hay con las supuestas corrupciones perpetradas por ciertos personajes cercanos al PP (fijaos que digo "personajes cercanos al PP" y no "corrupciones perpetradas por el PP", es un matiz importante). Y, al margen de que sean verdad o no, a mí se me ocurren algunas reflexiones al respecto.
En primer lugar, que, lógicamente, me parece mal que coincidieran Garzón y Bermejo en la cacería, aunque eso no me parece lo más llamativo. Lo llamativo es el revuelo que están montando en el PP. Vamos a ver. Si el Partido no cometió ningún delito (y yo creo que el Partido en sí no está pringado en eso, están pringados personajes concretos), no hay motivos para quejarse. De hecho, deberían ser los del Partido Popular los primeros interesados en que se supiera la verdad, para demostrar que no tienen nada que ocultar.
Y luego nos vienen con lo de que Garzón les persigue y tiene una manifiesta animosidad contra el PP. Supongo que eso no lo decían cuando Garzón juzgaba las tramas de los GAL. Pero, no sé, eso de la animosidad y la persecución me recuerda ciertas cosas:
a) ¿Qué decían cuando la Ley de Matrimonios Homosexuales? Que se perseguía a los matrimonios heterosexuales.
b) ¿Qué dicen cuando alguien critica a la Iglesia? Que se persigue a los católicos.
c) ¿Qué dicen cuando se acuerdan de que existen más lenguas aparte del castellano? Que se persigue la lengua castellana (llegué a escuchar que se persigue en Asturias, cuando el asturiano ni siquiera es oficial...).
Y ahora que se persigue a todo el partido en bloque con una conspiración. ¿No os resulta conocido el argumento?
Y sobre su técnica de responder a los ataques con el "Y tú más", sólo decir que en el patio del parvulario me parece lógico. En el Congreso, no del todo.

sábado, febrero 07, 2009

Querido diario

Hoy no sabía sobre qué escribir. Estuve a punto de dedicarle mi tiempo a la trama de espionaje de Madrid y al lamentable espectáculo que dio Esperanza Aguirre en la "Comisión de Investigación". Pero lo mejor será que no lo haga. Todo eso sólo sirve para que me reafirme en mi teoría de que la política de nuestro país cada vez da cabida a más cantidad de personas sin educación.
Así que decidí escribir sobre el último libro cayó en mis manos y que acabo de terminar: El Diario de Ana Frank. Supongo que todos vosotros sabéis que se trata del diario que escribió una niña judía que se escondía de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, como supongo que también sabéis que es una lectura muy recomendable para chavales de pocos años. Así que tengo que entonar el mea culpa por no haberlo leído antes. Y no me habría interesado leerlo si no estuviera preparando materiales didácticos de cara a una hipotéticas clases y a las oposiciones. Pero al leerlo me encontré con un texto en el que, además de la realidad histórica (que era lo que yo buscaba), se ve la sensibilidad de una persona de excepcional talento.
Sí, porque esa niña, que escribió esas páginas entre los trece y los quince años, no sólo nos habla de su vida escondida, del transcurso de la guerra o de la situación de los judíos bajo el yugo nazi. Nos habla de sus ambiciones y de sus sentimientos con una manera de escribir que ya quisiera yo tener algún día. Si con esa edad escribía así, qué habría podido hacer si su vida no hubiera sido truncada por la barbarie (al final la pillaron y murió en Bergen-Belsen después de pasar por Auschwitz).
En su situación, todavía encuentra motivos para la risa, para la reflexión, para la esperanza y para el amor, y lo deja escrito con una madurez sorprendente. Consciente en todo momento de por qué las cosas son como son, y consciente de la responsabilidad que supone estar escribiendo esas páginas, Ana Frank escribe de manera visceral, dejando claro lo que opina en cada momento, dejando constancia incluso de la mala relación que tiene con algunos de sus compañeros de escondite.
Y nos deja clara otra cosa: Que pueden cambiar los medios de expresión, pero los sentimientos de las personas siguen siendo los mismos. Entonces ella tenía su cuaderno y tinta, ahora nosotros tenemos nuestros ordenadores y blogs en internet, pero los sentimientos son los mismos. Por eso su relato es tan actual, porque lo que le sucedió a ella puede sucederle a cualquiera en muchas otras situaciones.
Muy recomendable.

Algunos enlaces al respecto:
Sobre Ana Frank.
Sobre el Diario.
Página oficial de la Casa de Ana Frank.
El resto de la obra de Ana Frank (durante su cautiverio también escribió varios cuentos que están publicados).
El capítulo perdido del Diario.
Una curiosidad: Una canción de Gabinete Caligari sobre Ana Frank y su encierro.