miércoles, diciembre 05, 2007

Un poco de literatura.

Hace un mes o poco más estaba yo con una de vosotros en la Biblioteca Jovellanos, y entonces ella me preguntó (tú me preguntaste) qué libro le recomendaba. Me quedé cortado y salí de la situación como pude. Entonces me paré a pensar. Es relativamente fácil recomendar alguno de esos libros que, supuestamente, todos deberíamos leer antes de morir, y entonces a todos se nos llena la boca recomendando Don Quijote o la Iliada o Fausto, que son libros estupendos pero que, normalmente, se dejan para cuando haya más tiempo. Sin embargo, muchas menos veces no nos paramos a pensar en esos libros que podríamos leer aquí y ahora, que podemos leer en los ratos libres que nuestras obligaciones nos dejan. Por eso, hoy me gustaría hacer una breve lista de libros, algunos bastante recientes, que se pueden leer ahora, sin necesidad de esperar a tener más tiempo para dedicarles. Esto significa que, si a alguno de vosotros no le interesa este tema, puede perfectamente dejar de leer y esperar a mi próximo texto.

Me resulta muy fácil recomendaros cualquier libro de Gabriel García Márquez. Todos sabéis que es mi escritor favorito. Pero si os tuviera que recomendar algún libro, evidentemente, sería el mejor: Cien años de soledad. Sin embargo, tal vez sea un tanto denso, así que os recomiendo Crónica de una muerte anunciada, o el más reciente, Memoria de mis putas tristes. Los dos son muy breves, y son una buena manera de disfrutar con la prosa del maestro.

Siguiendo con mi escritores de cabecera, debería recomendaros algo de José Saramago. Muchos decís que es demasiado complicado, pero creo que si leéis El Evangelio según Jesucristo o El hombre duplicado, podéis cambiar de idea. Las intermitencias de la muerte también es muy recomendable.

Umberto Eco es otro de mis escritores preferidos. Sin duda, el libro que resulta más interesante es El nombre de la rosa, libro sobre el que, además, se hizo una película que está muy bien. Otro libro suyo que también es muy bueno es Baudolino.

Arturo Pérez-Reverte es otro autor que me gusta bastante, aunque debo reconocer que me gustaba más de lo que me gusta. No voy a recomendaros lo que está de moda, los libros de la serie del Capitán Alatriste (que, desde mi punto de vista, son sus libros más flojos), sino que voy a recomendaros las que, seguramente, sean sus mejores novelas: El club Dumas (sobre el que se hizo una película bastante prescindible, La novena puerta), La piel del tambor (cuyos personajes inspiraron a los protagonistas de la desafortunada serie de televisión Quart) y El pintor de batallas, sin duda una de sus novelas más duras (uno de vosotros me decía una vez que, seguramente, fuera la novela que escribió para no suicidarse). Algunas de sus novelas cortas también son muy interesantes, como la divertidísima La sombra del águila y la espléndida El húsar, más interesante si cabe porque es la primera novela que escribió. Ambos relatos se encuentran recopilados, junto con otro par más en Obra breve.

Debo reconocer que Mario Vargas Llosa es un tipo que me cae bastante gordo, aunque nunca tuve demasiado claro el motivo. Sin embargo, sus tres novelas más recientes son interesantísimas. Se trata de Travesuras de la niña mala (genial, gracias por recomendármela Pedro), El Paraíso en la otra esquina (muy buena) y la durísima La fiesta del Chivo. Cualquiera de ella me parece estupenda.

Un autor poco conocido pero al que vale la pena acercarse es el antropólogo Nigel Barley. Este tío, recién terminada la carrera, se largó a estudiar a un pueblo perdido en mitad de África. En su libro El antropólogo inocente, a medio camino entre la novela, el diario y el libro de viajes, nos cuenta sus desventuras por esos mundos, desventuras debidas a su falta de experiencia, a una cierta torpeza y a grandes dosis de mala suerte.

George Orwell, que luchó en la Guerra Civil española como voluntario de las Brigadas Internacionales, nos dejó un par de novelas también muy interesantes. Una se titula 1984, y es la novela en la que aparece la figura del Gran Hermano. Pero la que más me gusta no es ésa, es Rebelión en la granja, una crítica acerada y muy divertida contra el stalinismo, con más valor porque está hecha por un comunista, es decir, por alguien que, supuestamente, debería apoyar esa dictadura.

Ahora vamos a fijarnos en cosas un poco más antiguas. En mi infancia (y también después) disfruté mucho con los libros que Arthur Conan Doyle escribió sobre el detective Sherlock Holmes. La ventaja de estos textos es que la mayoría son relatos cortos, y las novelas tampoco son demasiado largas. Si tenéis oportunidad, echad mano de un mastodóntico libro de más de mil páginas titulado Todo Sherlock Holmes, editado en el 2003, y en el que se recogen todos (repito, todos) los relatos y novelas que Doyle escribió sobre Holmes y en el que, además, hay un interesante estudio preliminar. Pero si sólo queréis tener un breve contacto con el detective, leed Estudio en escarlata, que es la novela corta en la que el personaje de Holmes es "presentado en sociedad". En ese libro, Holmes conoce al que acabará siendo su mejor amigo y también su biógrafo, el doctor Watson.
Además, sobre Holmes escribieron una gran cantidad de libros otros autores diferentes de Arthur Conan Doyle, empezando por su hijo Adrian. Si os interesa conocer la visión del personaje que tienen otros escritores, os recomiendo una recopilación bastante interesante que hicieron Isaac Asimov y otros, titulada Sherlock Holmes a través del tiempo y el espacio. En ella se incluyen relatos muy entretenidos y divertidos. Cuando yo la leí, la saqué de la Biblioteca Jovellanos; sin embargo, según la base de datos que pulula por internet, ese libro ya no está allí (de vosotros depende fiaros o no).

Otro escritor del XIX bastante interesante es, sin duda, Edgar Allan Poe. Sus relatos cortos son geniales, aunque debo reconocer que conozco poco su faceta como poeta. El "problema" con Poe es que siempre sabe a poco, siempre apetece leer otro relato más.

Sin salirnos de ese siglo, tenemos ahí a Alejandro Dumas. Desde luego, su mejor novela es El conde de Montecristo, pero ése es otro libro de ésos que dejamos para cuando haya más tiempo. Si os interesa conocer lo más famoso de su obra, echadle una ojeada a Los tres mosqueteros, aunque sé que es un libro que resulta más interesante cuando somos más jóvenes.

Para terminar, os voy a recomendar uno de mis libros favoritos: El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, libro cuyo argumento se puede resumir diciendo que es la historia del chaval que vende su alma al diablo para no envejecer. Es genial, creo que es la novela que os recomiendo de manera más encarecida.

Con esto termino. Espero que los disfrutéis. Sé que faltan muchos libros por citar (¿dónde están nuestros monstruos favoritos, Drácula y Frankestein? ¿o aquel pendón, excesivamente joven, llamado Lolita?), pero el texto ya era demasiado largo. Otra vez será.
Ah, y que nadie me diga eso de que "si hay película, para qué voy a leer el libro".

Por cierto, ya que hablamos de libros. Resulta que Victor Manuel sacó un libro, titulado Vivir para cantarlo, en el que se recopilan todas las letras que escribió, incluyendo la polémica letra que dedicó en 1966 a Franco. Dijo en una entrevista que la incluía porque le resultaba muy fácil explicar a sus fans por qué la incluía, mientras que si no la hubiera incluido le habría resultado más difícil explicar el motivo a la ultraderecha. No dijo a quién se refería cuando hablaba de ultraderecha, pero todos sabemos a quiénes dirigía sus palabras. A ésos que, para que no se les note todo lo que esconden, dicen que son los demás los que tienen cosas que esconder.

1 comentario:

Mirada Retrospectiva dijo...

Queda todo bien anotado :)
Gracias Pablo
Alvaro