viernes, agosto 31, 2007

Cuerdas de acero

Estuve a punto de titular este texto como una canción de los Beatles, pero afortunadamente me arrepentí a tiempo. Qué le voy a hacer, yo soy de los Rolling.
Sigo con los temas ligeros, en vacaciones no me gusta hablar de política, de modo que tampoco recojo el guante lanzado desde el blog de uno de vosotros. El uno de octubre ya seguiremos discutiendo (por cierto, Pedro, vete pensando en un nuevo título para tu blog, porque el título actual perderá sentido el año que viene, cuando Rajoy vuelva a perder las elecciones).
Volviendo al tema que me ocupa, hoy me gustaría presentaros a mis dos amores principales: Mis guitarras. Los que ya habéis leído mi relato titulado "Sombra y luz", ya sabéis qué modelos son. Ahora las conoceréis en imágenes.



Ésta es la primera, mi guitarra española, que me acompaña desde hace diez años. Una Azahar modelo 110, realizada a mano y con maderas incrustadas. Es una gozada. Con ella aprendí lo que sé y es mi primer amor. Raimundo Amador dice que cuando vio su guitarra (la famosa "Gerundina") en la tienda se enamoró de ella. A mí me pasó algo parecido. Tenía un presupuesto de 25.000 de las antiguas pesetas y lo fundí entero en ella. Pero fue un flechazo. A medida que me iban enseñando guitarras yo sólo esperaba que me sacaran ésa que estaba colgada y que, de alguna manera, me llamaba desde su soporte. Cuando dije, "sácame una un poco mejor" y la descolgó, estaba seguro de que no iba a ver más instrumentos. Y tenía razón, sobre todo porque mi disponibilidad económica no me permitiría nada mejor.
Con esta guitarra doy rienda suelta al poco virtuosismo del que soy capaz. Con ella toco igual canciones modernas como temas clásicos, y así, temas de Beethoven se dan la mano con canciones de Fito, Saratoga o Bon Jovi (sí, Bon Jovi, ¿qué pasa?). Tocando con los dedos o con púa, el sonido es maravilloso, cristalino. Jamás me separaré de ella. Por cierto, ésta guitarra es la que usé en el "concierto privado" que hace años hice para alguien que me lee.



Ésta es la segunda. Una Fender Stratocaster Standard, modelo mexicano (la diferencia entre el modelo fabricado en México en serie y el fabricado en Estados Unidos a mano es sobre todo el precio: la guitarra americana cuesta el triple aunque suena casi igual que la otra). Según la tabla de colores de Fender, este instrumento está pintado en un color llamado "Midnight Wine Burst", aunque yo siempre resumo diciendo que es granate. Desde que decidí que me iba a comprar una guitarra eléctrica tenía claro que sería una Stratocaster. No en vano, es la que usaba Jimi Hendrix y una de las que usa Eric Clapton.
Es otra joya. Con sus tres pastillas de bobinado simple y enchufada a un amplificador Marshall G15RCD de sólo 15 watios, me sirve para volver tarumbas a los vecinos. La tengo exactamente desde el día 27 de Diciembre de 2000. Con ella alterno momentos de rabia con otros más tranquilos. Secuencias de acordes muy duras se mezclan con punteos más tranquilos, y la distorsión y la velocidad compiten con sonidos limpios y delicados. No lo puedo evitar, a veces necesito desfogarme y subo la distorsión hasta límites infernales, mientras los músculos de mis brazos se tensan y aprieto los dientes. Otras veces, sólo quiero tocar a velocidad de vértigo sin importar la claridad del sonido. Hay veces, en fin, en las que adapto lo que toco en la española a ésta y busco hacer una suerte de fusión musical. Saratoga, Led Zeppelin, WarCry, Roling Stones, Guns n' Roses, Iron Maiden,... Todos tienen cabida en las notas que salen de las cuerdas de esta guitarra.

Bueno, camaradas. Ya conocéis a mis dos amores.
Hasta la próxima.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso artículo, compadre. Reconozco en esas líneas la misma mano que escribió "Sombra y luz", y a la que en alguna ocasión también oí sacar acordes de la Fender Popocaster esa. Cuantas más personas hay en nuestro interior, más grande sy completos somos. Y tú, además del profesional de la Historia y la arqueología, también eres un músico (por no hablar dle gran amigo).
Un abrazo y enhorabuena.
P.D.: En cuanto a la pullita, no digo nada; me limito a apuntar a que yo no fanfarroneo, me limito a exponer, de una manera desapasionada y centrista (sí, sí, centrista, jejeje) que ZP puede y debe perder las próximas generales, e incluso que eso sería lo mejor tanto para el PSOE como para España. Pero no te preocupes, no voy a hablar de política en tu ramadán.Otro abrazo y sigue escribiendo textos tan hermosos. Pedro

Pablo Folgueira Lombardero dijo...

Hombre, gracias, Pedrín. Por cierto, muy gracioso tu último texto en el blog. Si no fuera porque me niego a hablar de política en vacaciones...